veleros de acero

Los grandes barcos y veleros son construidos en acero por su resistencia y dureza. No es tan vistoso pero es mas resistente a golpes lo que lo hace mas seguros y menos propensos a vías de agua en el casco.

Un velero de acero requiere muchos cuidados y atenciones específicas pero puede convertirse en un barco viviendo y no solo una barco de paseo. El material de acero proviene del hierro añadido con 0.2% de carbono en el proceso de fundición, de ahí su resistencia. Su principal desventaja es la corrosión y oxidación. Para desproveerlos de su pintura deben ser limpiados con arena en chorro, procedimiento imprescindible para aplicar nuevas capas de pintura que deben realizrse cada 5 o diez años aproximadamente si queremos mantener nuestro barco en buen estado. Los tratamientos antioxidación y anticorrosión son fundamentales y delicados ya que de ellos depende directamente la duración del velero.

Los barcos de acero tienen la ventaja de que pueden soldarse directamente accesorios y elementos en su cubierta sin la necesidad de perforar y sufrir pérdidas de estanqueidad en nuestro velero. Los cascos de acero son mucho mas estancos y rígidos que los fabricados en fibra o madera. La corrosión en los barcos de acero es producido por el aislamiento térmico del casco en su interior pues en aguas frías la condensación que se produce es alta y contrariamente en los trópicos los barcos cogen mucha temperatura. Muchos armadores eligen la aplicación de espumas para no tener problemas en el aislamiento térmico. Aunque no es muy aconsejable pues puede producir condensaciones entre la capa aislante y la pared interior del casco produciendo oxidaciones en lugares difíciles de detectar.

La construcción de barcos de acero se hace a través de soldaduras en lugar de remaches para sujetar las piezas y se montan en grandes conjuntos dentro de los talleres. Los subconjuntos se trasladan a las gradas de los astilleros y se unen entre sí. El barco puede montarse en la grada o en dique seco. Los diques secos se utilizan para barcos de gran calado. Una vez botado el barxo la construcción se acaba a flote. Lo habitual es que se instalen los equipos amarrados a puerto, se prueben y una vez terminado se entregue al armador.